lunes, 5 de septiembre de 2011

INUNDA

En la inseparable esencia de una magia
cuando nadie se da cuenta
en la mañana navegada por finos hilos de plata
sometiendo esperas y crucigramas
de lo que debería haber sido y lo que es
en la metrópoli adormecida
donde no existen malheridos
ni ordenamientos de poder que amarra
y solo hay espejismo
en los escritorios vacíos, hacedores de huellas digitales
biblioratos herrumbrados
migajas de cigarros consumidos por otros
en el amor que inunda transformando
a pesar de los diluvios
protege sin pedir nada a cambio
alivia sinsabores
y se queda para siempre.

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